El libro que nunca pensé que me fuera a gustar
El libro que nunca pensé que me fuera a gustar: Esperanza de Jakob Wegelius.
Un día me encontré por mi casa Esperanza, un libro de "niños pequeños" (en la contraportada ponía que era a partir de diez años) que además tenía una portada y un nombre que no me llamaban nada la atención. No sabía cómo habría llegado ese libro ahí, probablemente un regalo de alguien que se había quedado en el olvido.
Decidí dejar el libro en mi biblioteca porque, total, era finito y no me ocupaba mucho espacio. Al cabo de un tiempo, noté la incomodidad de tener un libro que no me había leído ahí, y decidí darle una oportunidad (eran 125 páginas, no iba a perder nada).
Cuando empecé a leerlo me aburrió muchísimo y solo podía pensar en llegar al final, en que se acabara. Sin embargo, conforme fui leyendo, empecé a sentir la ternura propia de un libro de niños de diez años y me encariñé de uno de los personajes, el perro. Ahí empecé a disfrutar mucho el libro.
¿Qué pretendo decirte con esto? No lo sé. ¿Qué te leas el libro? Nah, es para niños de diez años. Pero si quieres darle una oportunidad, adelante. Yo le di un oportunidad a un libro porque me lo había encontrado, a pesar de que no me llamaba nada la atención, y me enterneció. A lo mejor te pasa lo mismo a ti.
Igual un niño de diez años se mete de lleno en la historia (y después de haberlo leído, hasta incluso uno de siete años), pero nosotros, aunque no tengamos esa edad, podemos disfrutarlo, mirando a través de los ojos de un niño.
Así como para concluir un poco, te quiero decir que este libro me ha enseñado que es precioso volver a ser niños, volver a disfrutar de las cosas más insignificantes, de las historias más simples. Me ha encantado. Desde luego que los libros no son solo libros, sino viajes y/o experiencias.
Ojalá le des tú también una oportunidad y te sientas de nuevo en el maravilloso mundo de los niños.
Pumo.
Si quieres ver más reseñas de este blog, pulsa aquí.