Tres poemas para Navidad

 José María Pemán, José García Nieto y Pablo Reaño.

Con motivo de estas fechas tan bonitas que estamos viviendo, esta Buena Nueva que nos trae una estrella, el nacimiento del Mesías, quisiera dejar aquí escritos tres poesías que me han parecido pequeñas perlitas de inocencia de Navidad. 

La primera es de José María Pemán y se titula Villancico de las manos vacías:

Yo tenía
tanta rosa de alegría,
tanto lirio de pasión,
que entre mano y corazón
el Niño no me cabía...

Dejé la rosa primero.
Con una mano vacía
- noche clara y alba fría -
me eché a andar por el sendero.

Dejé los lirios después.
Libre de mentiras bellas,
me eché a andar tras las estrellas
con sangre y nieve en los pies.

Y sin aquella alegría,
pero con otra ilusión,
llena la mano y vacía,
cómo Jesús me cabía
- ¡y cómo me sonreía! -
entre mano y corazón.


Al quedar vacante la plaza de José María Pemán en la Real Academia Española (RAE), fue elegido José García Nieto, del que traigo el Villancico del reloj:

A la una
estaba la mula
- a las dos - 
tan cerquita de Dios
- a las tres -
y velaba José.
A las cuatro, 
todo el suelo blanco.
A las cinco
la estrella bendijo
- a las seis - 
el aliento del buey.
A las siete,
que el niño se duerme
- a las ocho -
en las pajas de oro.
A las nueve
que nadie se lleve
- a las diez -
el tesoro otra vez
si a las once
ya el mundo conoce
que Dios se ha hecho hombre 
a las doce.


Por último, quiero añadir unos versos de Pablo Reaño que he leído en una antología literaria llamada ¡Navidad, Navidad!. Esta poesía, llamada Quisiera ser... es así:

Quisiera ser la estrella 
que nos enseña el camino
que conduce hasta el portal.

Quisiera ser el Ángel
que revela a los pastores
que el Niño ha nacido ya.

Quisiera ser la hoguera
que encendiendo corazones
nos llena de luz y paz.

Quisiera que en nuestras almas
... fuese siempre Navidad.



¡Muy feliz y santa Navidad!

Pumo.

Si quieres leer más sobre Navidad, te recomiendo este libro

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